domingo, 16 de septiembre de 2012

¿MUEREN NIÑOS A CAUSA DE LOS TELÉFONOS MÓVILES?


¿MUEREN NIÑOS A CAUSA DE LOS TELÉFONOS MÓVILES?
Por Carlos Chevallier Marina

¿Qué es el coltán?
El coltán es el nombre es la mezcla natural de dos minerales: la columbita y la tantalita. El coltán es un superconductor de la electricidad por lo que se utiliza en toda clase de aparatos electrónicos, especialmente cuando se trata de reducir tamaño (por ejemplo, en teléfonos móviles)

                Aunque las cantidades de coltán que se usan para cada aparato son muy pequeñas, el consumo mundial crece rápidamente, pues cada vez son más las personas que tienen teléfonos móviles y similares. Además, quienes ya poseen algunos de estos aparatos, tienen por costumbre adquirir otros modelos con más prestaciones cuando el modelo anterior aún está en buen estado.

¿Dónde se encuentra el coltán?
                Por si esto fuera poco, los yacimientos de coltán son escasos y su extracción es muy laboriosa y penosa, a pesar de que se encuentra casi a ras de tierra. Basta cavar un pozo de un par de metros para extraerlo con herramientas manuales.

                El 80% de las reservas mundiales de coltán se encuentran en el noroeste del Congo y en las áreas colindantes de los países fronterizos: Ruanda, República Centroafricana y Uganda. Esta  zona es una de las más míseras del mundo pero no por culpa de la naturaleza sino por todo lo contrario. De hecho, allí se encuentran importantes áreas de producción agrícola, maderera o incluso parques naturales que son reservas de la biosfera. Todo ello arrasado sin piedad por los “señores de la guerra”.

                Desde hace décadas, allí se vive en un estado permanente de enfrentamiento bélico y violencia tribal por el control de valiosos y abundantes recursos naturales como el coltán.

¿Por qué el coltán hace daño a los más pequeños?
                Esa miseria y el vivir sin ley ni autoridad efectiva que la aplique, obliga miles de niños africanos a trabajar en los pozos de coltán. Sus explotadores aprovechan su pequeña estatura para moverse con soltura en los pozos de coltán. Así, esos chiquillos maltratados se exponen a enfermedades, accidentes o incluso la muerte. Además, estos pequeños se quedan sin derecho a la educación ni al juego. En muchos casos, en condiciones de secuestro y esclavitud por parte de grupos guerrilleros que se financian precisamente gracias al coltán.

                Estas guerrillas no tienen un objetivo ideológico claro sino que más bien son ejércitos de mercenarios que viven a costa de esclavizar a las poblaciones que controlan para luego vender sus recursos naturales al mundo desarrollado. A las empresas y gobiernos que compran a estos criminales no les  importan cómo obtienen el coltán ni los demás recursos. Simplemente que los venden en granes cantidades y baratos.

                En el mundo desarrollado, a pesar de la crisis, cada vez consumimos más y más aparatos electrónicos (como los móviles) Parece que ya no podemos vivir sin ellos. Mientras esto sea así el consumo mundial de coltán irá en aumento y las injusticias contra los más débiles, también.



¿Nadie ha denunciado antes todo esto?
                Unas pocas voces se han alzado contra estos crímenes. Algunas de ellas desde España. Por ejemplo el ingeniero, escritor y periodista Alberto Vázquez Figueroa publicó en 2008, su novela  “Coltán”. El objetivo de su obra no era ganar dinero con su venta sino fundamentalmente denunciar. A quien no la pueda comprar en librerías el autor se la ofrece gratuitamente por Internet: http://www.elsambori.com/COLTAN.pdf

                Mucho más cercano a nosotros, otro español,  Juan José Aguirre, desde el año 2000, Obispo de Bangassou (diócesis de República Centroafricana) también denuncia “los crímenes del coltán”. Monseñor Aguirre, natural de Córdoba y con parientes en Villa del Río, pidió en 2008 al Senado de España una moción para instar a las Naciones Unidas a proteger a la población civil de una nueva masacre en África a causa del coltán.  

Mientras tanto, Monseñor Aguirre sigue publicando por Internet y en cada visita que realiza a España la trágica situación de la población tanto de su diócesis como de territorios vecinos ¡Y todo por el coltán! Ni que decir tiene que Monseñor Aguirre está amenazado de muerte por las guerrillas esclavistas.


¿Qué podemos hacer cada uno de nosotros?
                Como la mayoría de nosotros no somos ni políticos, ni empresarios, ni ingenieros pero sí que somos “consumidores de coltán”, podemos hacer tres cosas:
1ª.- Reducir al máximo nuestro consumo. Es decir, sólo comprar nuevos aparatos cuando realmente los necesitemos, sin dejarnos influir por modas ni engañifas publicitarias. Y mientras tanto cuidar los que tenemos para que nos duren el máximo tiempo posible.
                2ª.- Reciclar los aparatos que ya sean definitivamente inservibles. Por ejemplo, respondiendo a iniciativas como la campaña de recogida de teléfonos móviles de la “Hermandad de la Santa Vera Cruz y María Santísima de las  Angustias”, de Villa del Río.
                3ª.- Reflexionar sobre el uso que hacemos de las cosas, como los aparatos electrónicos y las consecuencias que tienen sobre la vida de las personas y contra el medio ambiente. Y además, como cristianos,  llevar nuestra reflexión a la oración y pedir a Dios y a su Santísima Madre que ilumine a quienes tienen en su mano poner fin a estos crímenes contra la Humanidad y contra la Creación.

                Y todavía podemos hacer un poquito más, si en la medida de nuestras posibilidades informamos a otras personas de la terrible realidad que oculta el comercio de coltán. Hay que hacerles ver la importancia de nuestro consumo responsable y la necesidad del reciclaje.

                 Para ello, tampoco es necesario ser un gran periodista. El alumnado de 4º de la E.S.O., del Instituto “Poeta Julián Andúgar”, de Sangonera (Murcia) elaboró este vídeo de 6 minutos en el que de una forma clara y amena queda patente lo que es el coltán: http://tu.tv/videos/por-el-coltan-ma-to